miércoles, 30 de noviembre de 2016

MINI COOPER S R53 Compañero inseparable




Corría el año 2007, un conocido decidía jubilarse y pasaba por reducir su garaje de dos vehículos a uno.

Y ahí aparecía yo, para hacerme con un precioso MINI COOPER S R53 restyling de mediados de 2006. Estaban ya cambiando el modelo, pero aquel sonido del compresor y el petardeo al reducir me encantaba. Era mi primer MINI y me fascinaba. Otra cosa que me encajó era el precio lógicamente, casi la mitad de lo que le costó nuevo al primer propietario.

Una vez arreglado el papeleo, fui a buscarlo. Los primeros 30 kilómetros que separaban la casa de su propietario de la de mis padres, con los que vivía en aquel momento, fueron inolvidables.

Al acelerar escuchar el silbido del compresor hasta pasadas las 5000 revoluciones, soltar el gas, hacer el vacío el escape y escuchar el regorgoteo, era algo que no había sentido nunca, una sonrisa que me llenaba la cara, ¡sólo con el sonido de ese motor!

Su dirección era dura, la suspensión seca, la comodidad brillaba por su ausencia, pero había algo en él, algo que escapa de toda lógica, pasión. Un coche para el conductor, sentir el asfalto era fácil, sabías el estado de la carretera, era prácticamente como tocarlo y apuntar en cada curva con la rueda para colocarla ahí, en ese sitio, donde le mandases. Pisar la raya blanca exterior con precisión, y desear el cambio de pesos que te permitía empalmar una y otra curva con una facilidad que no había sentido antes.





Ahí empezaba una relación que solo me daría satisfacciones, con peros lógicamente:

No es un motor austero, le gusta mucho la gasolina, al menos la diferencia entre usar 95 y 98 es practicamente inapreciable, recuerdo rellenar aceite, lo que no tengo claro es cuanto y en cuantos kilómetros. El consumo de combustible puede estar tranquilamente en torno a los 10 litros a los cien, y si tenemos el pie derecho pesado llegar a los 12 es relativamente fácil.

En mi caso, con unos 40.000 kilómetros anuales, sí sí lo he escrito correctamente, no tuve más mantenimiento que el programado por la marca y el libro oficial.

Con los años, los grillitos del salpicadero fueron en aumento, pero con paciencia y buenos materiales aislantes, lo solucioné, y fue bastante económico. También agravé este problema poniendo unos muelles deportivos más cortos y firmes, cosa que también agradeció el paso por curva rápida.

Personalmente, lo disfruté de una manera desmesurada, me fascinaba todo de él y fue un compañero inolvidable.

Un pequeño resumen con lo que más me gustó y lo que menos:

MAS

-CARÁCTER PROPIO
-ESTÉTICA DIFERENCIADORA
-VERSATILIDAD DE USO

MENOS

-GASTO COMBUSTIBLE
-ACABADOS Y DESGASTE
-FIABILIDAD

PD: Actualmente puedes encontrar unidades bien de precio -ya tiene 10 años- y te garantizan diversión al volante, mucho cuidado al comprar uno que no esté muy bien cuidado, las reparaciones son de susto.

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